domingo, 25 de mayo de 2014

El vacío...

Oquedad gris y fría que aprieta el corazón y ahoga la garganta.
Precipicio negro y profundo que estruja las tripas y asfixia el alma.
Silencio pegajoso y oscuro que cierra el estómago y eriza la nuca. Vacío… No lleno… Vacío…
Silencioso, denso, inerte, palpable…


Oscuro, frío, asfixiante y casi interminable…



Solo la acción puede llenarlo…


Solo la luz puede taparlo…

Llénalo… Te toca a ti…
Llénalo de palabras compartidas y abrazos tiernos, lágrimas y sonrisas, curiosidad y sorpresas, colores y olores, sabores y música, momentos cálidos y gestos queridos...
Llénalo, en ello está la dicha...
Y ahí se desvanece el mío... Llega en un instante... Aprieta y ahoga... Lo ilumino y se esfuma... Lleno de paz, luz, sonidos y risas...