Te regalo una sonrisa
para que hagas con ella
lo que quieras.
Quizás no la veas
y la brisa se la lleve flotando
de mis labios...
Quizás no la quieras,
tus ojos reflejen tu rechazo,
y muera en mi boca...
Pero quizás, solo quizás,
esa sonrisa alcance todo su poder
y la recibas, y su chispa te ilumine,
aunque solo sea un instante...
Y quizás incluso te haga brillar por dentro
y acabes regalándome una sonrisa a mi...
Se necesitan 17 músculos para sonreír y 43 para fruncir el ceño. La decisión por lo tanto, está clara.
ResponderEliminarJajaja... Te sabes la "lección"... A sonreir entonces!! Gracias por comentar... Bss!!
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