domingo, 24 de marzo de 2013

Nuestro mundo... ¿animal?...


Ya ha llegado la primavera, tiempo de luz, color y hormonas flotantes por doquier... Esta es la realidad, aunque es verdad que a algunos les afecta más que a otros, no hay más que dar un vistazo en nuestras calles para encontrarnos de todo en cuestión de hormonas...

En el mundo animal, cada especie posee una manera ritualizada de atraer a una pareja y hay un sin fin de pautas que rigen los diferentes cortejos previos al apareamiento. Por ejemplo en las aves la hembra, normalmente, elegirá el macho más llamativo: el que más se lo “curra”, es decir, del que más feromonas capte a través del olfato, del que más y mejor escuche los sonidos envolventes que produce, pero sobre todo del más llamativo visualmente. Estas señales visuales incluyen bailes, formas y colores atrayentes en las plumas o en parte de sus cuerpos para sus compañeras a cierta distancia. Hay casos en los que el macho incluso construye unos “porticos” con ramas y objetos de colores llamativos, otras veces, incluso hace obsequios a la hembra como comida o un nido. El cortejo en los mamíferos, sin embargo es diferente. Los mamíferos también tenemos mecanismos de cortejo más o menos elaborados pero estos no son tanto de bailes y colores, sino que incluyen más bien llamadas, exhibiciones y combates entre machos... De este modo, las hembras pueden "valorar” y elegir al macho con el que se van a aparear...

Si hablamos de nosotros, los humanos, nos podemos encontrar diferentes tipos de cortejos, pero muchas veces es posible observar o ser protagonista de ciertas conductas dignas de reflexión por su similitud con las del mundo animal... (¡No nos escandalicemos, todos somos animales al fin y al cabo, no es ningún secreto!...) En este sentido, si nos quedamos (sólo) en lo más básico, podemos decir que en la “fauna” humana en un ambiente erótico-festivo proclive al cortejo nos encontramos tanto con personas que luchan y exhiben su músculo y su fuerza como reclamo, como con personas que “aletean” con su cuerpo, baten sus adornos coloridos y bailan para captar la atención del resto... Y la verdad es que si lo pensamos bien, ambas tendencias podemos observarlas también en otras áreas no relacionadas con el cortejo, es decir, que son también formas de actuar en el mundo laboral, en conversaciones, en reuniones de personas, en situaciones cotidianas en tiendas o en el trasporte público, etc...
A mi personalmente me fascina que todo esto sea así... Podemos afirmar que tenemos la última tecnología super-avanzada y ultra-rápida pero nuestra esencia biológica sigue teniendo un gran peso en algunos aspectos importantes... Nos creemos muy evolucionados pero seguimos llevando un animal dentro, algunos más impulsivo, otros más pasivo, otros más agresivo, otros más "hormonoso", pero animal al fin y al cabo... ¿No es genial?... ¿Conoces a tu animal?... ¿Conoces tu esencia?... ¿Y si nos dejáramos llevar por ese animal en algunas cuestiones que muchas veces acabamos rumiando demasiado... ¿Qué pasaría?... ¿Cambiaría algún aspecto de nuestra vida?, ¿Sería a mejor o a peor?... Yo voy a pensarlo... ¿Tú qué opinas?...

2 comentarios:

  1. Interesante reflexión. Somos animales en esencia, no es tan complicado vernos venir, ja ja ja. No sé cual sería mi animal ni si cambiaría mi vida en algo, también voy a pensarlo.

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  2. Me alegro mucho!! Gracias por comentar...

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